Son muchos los estudios que lo corroboran: La fertilidad masculina se encuentra en serio peligro, lo que puede provocar un descenso de la natalidad que ya está siendo patente actualmente. Son muchas las parejas que, tras un tiempo intentando concebir de manera natural, acuden a la consulta médica en busca de respuestas acerca de la dificultad de fecundación. Tras algunas pruebas, en muchos de estos casos se recibe la noticia: Existe infertilidad masculina.

Hablamos de infertilidad masculina cuando existe un proceso anormal en la producción y/o la liberación de espermatozoides. Debido a la complejidad de este fenómeno, se han realizado muchas investigaciones gracias a las cuales podemos conocer datos estadísticos bastante preocupantes. Un estudio conjunto de la Escuela de Medicina Monte Sinaí de Nueva York, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Escuela de Salud Pública Braun concluye que, en los últimos 40 años, la calidad de los espermatozoides se ha reducido en un 50%. Esto hace que, actualmente, alrededor de un 15% de las parejas terminen sentándose en la consulta del especialista para ponerle nombre a sus problemas de concepción. Si ya de por si este dato resulta preocupante, todavía lo es más al conocer que la tendencia se encuentra en aumento, por lo que cada vez se producirán más problemas de fertilidad masculina y, en consecuencia, menos concepciones naturales. Este estudio muestra, además, una mayor tendencia a la infertilidad en el mundo occidental, en comparación con el mundo oriental. Esto hace pensar que los factores ambientales pueden tener un gran peso en ello.

Esta disminución de la cantidad y calidad del esperma es patente, también, para las clínicas de fertilidad. Y es que hace unos años, se aceptaban el doble de donantes de esperma de lo que se aceptan actualmente. La calidad del semen recogido ha descendido mucho en la última década, siendo este un factor que evidencia los resultados de estos estudios y da credibilidad a estas noticias tan desesperanzadoras.

Síntomas de la infertilidad

Actualmente existen muchos hombres que no poseen una fertilidad funcional; los síntomas pueden pasar desapercibidos, por lo que no siempre son conscientes de ello. Algunos de los síntomas más habituales son:

  • Imposibilidad para concebir: Se trata del síntoma más evidente, y, en la mayoría de los casos, hace saltar la voz de alarma para muchas parejas que desean tener hijos. Tras un año de relaciones sexuales sin protección y sin buenos resultados, empieza la peregrinación entre consultas médicas y tratamientos varios para conseguir el ansiado embarazo.
  • Problemas sexuales, tales como problemas para conseguir o mantener la erección, pocas eyaculaciones, dificultad para llegar a ellas o poco líquido seminal. Por todo ello, es posible que aparezca poco apetito sexual en el hombre, lo que supone un síntoma más de la infertilidad.
  • El líquido seminal liberado tras una única eyaculación contiene menos de 39 millones de espermatozoides.
  • Variaciones en la forma de los testículos, así como hinchazón o incluso dolor.
  • Síntomas que podrían deberse a poca formación de testosterona: Poco vello corporal y facial, ginecomastia y funcionamiento hormonal anormal.

La presencia de estos síntomas puede ser motivo suficiente para acudir al médico y vigilar la producción y la calidad del esperma, para determinar o descartar la infertilidad masculina.

Causas de la infertilidad

Las causas de la infertilidad pueden ser muy variadas, por lo que es muy difícil hablar de un tipo de causas o incluso de causas aisladas. En ocasiones, incluso, la infertilidad puede tener causas desconocidas o poco esclarecedoras, por lo que el diagnóstico suele ser confuso y, en muchas ocasiones, costoso. No obstante, actualmente conocemos muchos de los factores que pueden incidir en la calidad y cantidad de los espermatozoides, lo que nos permite tomar conciencia de la importancia de la prevención de sus causas principales.

La caída de la fertilidad masculina en los últimos años puede haberse debido a causas médicas, causas ambientales y/o a determinados hábitos de vida no demasiado saludables para nuestro organismo y su funcionamiento.

Entre las causas médicas encontramos defectos en la formación de los cromosomas sexuales (lo que determinaría que la infertilidad empezó a gestarse en la formación cromosómica, producida durante el embarazo), defectos anatómicos del aparato reproductor masculino (defectos en las vías de transporte del esperma o incluso en su salida al exterior), diferentes enfermedades (como la enfermedad celíaca e infecciones), así como consecuencia de la toma de algunos medicamentos.

Entre los hábitos de vida que pueden dar lugar al descenso de la fertilidad masculina encontramos prácticas no recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, como el consumo repetido de drogas (también las legales como el alcohol y el tabaco), el estrés, trastornos del estado de ánimo (como la depresión y la ansiedad) y la obesidad y los problemas derivados de ella (como la diabetes). Todo ello modifica el funcionamiento interno de nuestro organismo, generando problemas en muchos de los procesos funcionales, lo que crea problemas en el funcionamiento de nuestros órganos.

No obstante, y aunque todos estos factores pueden tener su peso en el descenso de fertilidad, las investigaciones que han evidenciado este aumento del problema arrojan la teoría de que los factores de más peso pueden ser los ambientales. Teniendo en cuenta las diferencias que se han encontrado en poblaciones de diferentes lugares del mundo, encontramos una mayor incidencia en aquellas regiones occidentales. Algunas de las causas ambientales más importantes son los químicos industriales que introducimos en nuestro cuerpo a partir de la alimentación y la respiración, la irradiación de rayos X a los que estamos continuamente expuestos, el contacto con metales pesados (como el plomo, entre otros), así como los climas caracterizados por altas temperaturas pueden estar provocando, en su conjunto, este tipo de problemas.

Prevenir los problemas de fertilidad

Aunque existen problemas de fertilidad que tienen base cromosómica y, por tanto, se escapan de nuestro control, en otras ocasiones podemos contribuir a reducir el riesgo de sufrir un descenso en la cantidad y calidad de los espermatozoides que viajan en nuestro esperma. Se trata de mejorar los hábitos y el estilo de vida, para favorecer un buen funcionamiento de nuestro organismo y garantizar, así, un trabajo óptimo de los órganos y otras estructuras físicas.

En nuestras manos está:

  • No abusar de ningún tipo de droga. Aquí se incluyen, también, las legales (tabaco y alcohol).
  • Llevar un estilo de vida activo, en el que el sedentarismo no tenga cabida.
  • Realizar deporte regularmente ayuda a reestablecer los procesos de nuestro organismo y a mejorar su salud.
  • Evita las situaciones que puedan generarte estrés emocional y aprende a mantener control mental sobre los efectos que crea en tu cuerpo y en tu mente.
  • Evita las altas temperaturas en la zona de los testículos, adaptando la temperatura del ambiente y usando ropa transpirable.
  • No te expongas a radiaciones y/o a ambientes expuestos a metales, pesticidas y otras sustancias que pueden ser nocivas para nuestra salud general.
  • Toma suplementos de fertilidad masculina: Resultan muy recomendables para mejorar la fertilidad y conseguir la vida sexual que se desea, reestableciendo la cantidad y calidad de los espermatozoides de manera rápida y cómoda, sin tener que someterse a largos procesos médicos que, en ocasiones, no consiguen aportarnos las respuestas que necesitamos.

De esta manera, podremos prevenir en cierta medida que estos datos tan alarmantes sigan creciendo y mejorar, así, nuestra salud reproductora.