Cada vez más parejas deciden visitar a su médico, para esclarecer las razones por las que no pueden aumentar la familia. Convertirse en padres puede llegar a ser el objetivo principal para cualquier pareja, aunque no siempre ocurre de la manera y en tiempo deseado. Es así como, en muchas ocasiones, la infertilidad llega a nuestras vidas, abriendo la puerta a un camino frondoso, emocionalmente difícil, pero con buenos resultados. Conocer qué es la esterilidad, la infertilidad y que tipos de infertilidad conocemos nos puede ayudar a comprender lo que ocurre y a tener mayores posibilidades de acción para conseguir nuestro objetivo.
A continuación repasaremos las diferencias más importantes entre la esterilidad y la infertilidad, y conoceremos los tipos de infertilidad en los que se engloba este trastorno.
Diferencias entre la esterilidad y la infertilidad
La esterilidad es aquel trastorno por el que una pareja no puede conseguir un embarazo. Afecta al 15% de las parejas, y supone un trastorno bastante incapacitante debido a que implica un gran gasto emocional en la relación de pareja. Su causa puede hallarse en el aparato reproductor masculino, femenino o en ambos. Será el médico quien determinará, a partir de la realización de pruebas y sus resultados, quien es el portador de este trastorno.
Existen diferentes factores o enfermedades que pueden producir esterilidad en un momento determinado. En este sentido, es posible que una pareja descubra que este trastorno ha llegado a sus vidas cuando desea ofrecer hermanos a sus hijos. Haber tenido embarazos sanos, que han llegado a término de manera adecuada, no garantiza la imposibilidad de sufrir un problema de reproducción en el futuro.
La infertilidad, por su parte, es la imposibilidad de llevar un embarazo a término. En este caso, es posible que se de la fecundación del óvulo, pero el embarazo termina en aborto por causas naturales a lo largo de sus 9 meses de duración. La pareja no logra tener al bebé sano y salvo, pues se han presentado problemas durante la gestación.
¿Qué tipos de infertilidad existen?
La infertilidad es un término general que engloba diferentes categorías. Estas categorías nos ayudan a clarificar el problema e identificar sus particularidades. Esto es especialmente importante, pues nos permite saber que elemento de la pareja es el portador del problema, y a que factores concretos se debe. Todo ello será muy valioso para iniciar un tratamiento, ya sea médico o natural, que pueda dar buenos resultados en un futuro.
Encontramos diferentes tipos de infertilidad, en función de la persona portadora y su naturaleza.
Infertilidad femenina
Se trata de aquella infertilidad que tiene su origen en el cuerpo femenino. En estos casos, el aparato reproductor del hombre está preparado para conseguir un embarazo y llevarlo a término, pero es el óvulo femenino el que lo impide.
La infertilidad femenina puede deberse a múltiples factores, entre los que encontramos:
- Diferentes enfermedades pueden ocasionar esterilidad y/o infertilidad. La mayor parte de los casos de esterilidad y/o infertilidad asociadas a la mujer se producen por anovulación (ausencia de óvulos en el cuerpo femenino), endometriosis (el tejido uterino se forma fuera del útero) y lesiones en las Trompas de Falopio. Además de ello, otras enfermedades que pueden dificultar la consecución del embarazo son los miomas, problemas de ovulación, cirugías, enfermedades de transmisión sexual, trastorno de ovarios poliquísticos…
- La toma de algunos medicamentos que pueden estar afectando a la calidad del óvulo. Además, existen muchos medicamentos incompatibles con la gestación, por lo que siempre debemos consultar a nuestro médico de nuestro estado o nuestra voluntad de buscar el embarazo.
- Obesidad, sobrepeso o infrapeso: Un cuerpo saludable es más receptivo a la búsqueda y la consecución del embarazo, por lo que los extremos resultan perjudiciales para su consecución y pueden ser consecuencias directas de la infertilidad.
- Genética: La infertilidad puede transmitirse genéticamente de madres a hijas.
- Hábitos de vida: Se recomienda llevar unos hábitos de vida sanos y saludables, pues mejoran nuestra capacidad de concebir.
- La edad de la mujer: A partir de los 35 años, la reserva ovárica disminuye a un ritmo estrepitoso, lo que podría estar a la sombra de problemas de infertilidad.
Infertilidad masculina
Se da cuando los problemas para concebir y/o llevar a término un embarazo se encuentran en el organismo masculino, especialmente en la calidad y cantidad de los espermatozoides que se liberan en una eyaculación. En este caso, el óvulo de la mujer está preparado para ser fecundado, pero la debilidad de los espermatozoides no materializa la fecundación, o lo hacen de manera tan tenue que el embarazo se interrumpe de manera natural antes de llegar a término.
La infertilidad masculina también puede deberse a múltiples factores, entre ellos:
- Diferentes enfermedades que afectan a la calidad y/o cantidad de los espermatozoides, o la toma de algunos medicamentos que pueden estar interfiriendo en ello. Enfermedades como el Síndrome de Klinefelter, varicocele, parotiditis, orquitis, traumatismos testiculares o cáncer, entre otros.
- Problemas morfológicos en el canal reproductor masculino, que pueden dificultar el camino de los espermatozoides hacia el exterior cuando se da una eyaculación. Estos problemas morfológicos pueden tener origen natural o bien haberse creado en operaciones quirúrgicas anteriores.
- Obesidad, sobrepeso o infrapeso: De la misma manera que ocurre en el cuerpo femenino, conseguir un peso adecuado es un factor de protección para la consecución de un embarazo.
- Genética
- Hábitos de vida: Las drogas, el alcohol y el sedentarismo, entre otros, pueden estar dificultando nuestro objetivo.
Infertilidad primaria
La infertilidad primaria se da en aquellas parejas que descubren sus problemas para concebir antes de tener el primer hijo en común.
La infertilidad primaria puede diagnosticarse tras un año de relaciones sexuales frecuentes sin protección, o tras haber experimentado dos abortos por causas naturales.
Infertilidad secundaria
La infertilidad secundaria se da en parejas que han podido llevar a cabo embarazos a término anteriormente, por lo que ya cuentan con algún hijo biológico en la pareja. Estos tipos de infertilidad se descubren cuando desean tener más hijos.
Este tipo de infertilidad no suele deberse a problemas genéticos. Sus consecuencias suelen ser cambios en el estilo de vida, enfermedades que puedan haber aparecido después de haber tenido hijos y/o el aumento de la edad en el momento de concebir. Este último factor es especialmente importante en las mujeres, lo que hace que un 75% de los casos de infertilidad secundaria recaiga sobre ellas.
¿Cómo mejorar la fertilidad?
La fertilidad puede mejorarse realizando algunas acciones que suponen factores de protección para conseguir la fecundación y llevar a cabo un embarazo a término, como son:
- Seguir unos buenos hábitos de vida: Seguir una dieta equilibrada y llevar una vida activa son los principales factores para conseguir una buena salud que se refleje en todos los procesos de nuestro organismo. La consecución del embarazo es uno de ellos.
- No abusar del alcohol y/u otras drogas
- Visitar al médico ante cualquier problema de salud, para evitar que diferentes enfermedades estén interfiriendo en la facilidad para concebir. En caso de existir algún factor médico que esté causando infertilidad, iniciar un posible tratamiento puede aumentar las probabilidades de éxito.
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