a infertilidad es la imposibilidad de conseguir un embarazo a término. Se diagnostica tras un año de relaciones sexuales habituales sin protección y con la misma pareja. Se trata de un problema creciente que puede tener su causa en el cuerpo de la mujer, en el del hombre o en los dos. En función de ello, hablamos de infertilidad femenina, infertilidad masculina e infertilidad mixta.

Este trastorno se diagnostica en mayor medida cada vez, como consecuencia de diferentes causas que están incidiendo en él. Algunas de ellas se deben a malos hábitos de vida instaurados en nuestras vidas; otros a factores clínicos que tienen efectos en nuestra capacidad de gestación natural.

Cuando hablamos de infertilidad hacemos referencia a dos de sus tipos: Infertilidad primaria e infertilidad secundaria. Clarificar a que tipo pertenece la infertilidad que nos está impidiendo cumplir el sueño de ser padres es muy importante para poder determinar que tratamiento llevar a cabo y el éxito de este. Veamos en qué se diferencian.

Infertilidad primaria

La infertilidad primaria es aquel tipo de infertilidad en el que la pareja no ha podido conseguir un embarazo a término en ningún momento. Se trata de parejas que se encuentran con el problema cuando deciden iniciar su andadura en la paternidad y buscan un primer embarazo, por tanto, no tienen hijos aún.

La infertilidad primaria, en ese momento, es una gran desconocida. La pareja se plantea si ha sido siempre infértil o si la imposibilidad de conseguir un embarazo o de llevarlo a término está provocado por algún problema en particular surgido justo antes de iniciar la búsqueda de la gestación.

Infertilidad secundaria

Hablamos de infertilidad secundaria cuando la pareja ya ha tenido un embarazo a término sin ningún tipo de problema en su consecución (es decir, ya cuenta con uno o más hijos) y descubren el problema cuando quieren agrandar la familia. Este tipo suele estar provocada por problemas que han aparecido en algún momento de sus vidas, y no tanto por agentes endógenos, aunque diferentes estudios nos han demostrado que el reloj biológico de la mujer posee un tiempo útil determinado.

Estos dos tipos de infertilidad provocan muchas emociones negativas que pueden estar entorpeciendo todavía más la consecución de un embarazo. La percepción de no ser capaz de concebir vida a través de nuestro cuerpo puede acarrear diferentes problemas mentales, como depresión, ansiedad y estrés, así como afectar a la buena salud de la pareja. No debemos olvidar que el proceso de tener descendencia se considera un proceso normativo muy premiado por la sociedad.

¿Cómo podemos mejorar este problema?

La fertilidad puede mejorarse de manera exitosa siguiendo diferentes vías. La vía más recomendable es aquella que se basa en procesos naturales. La alimentación y los buenos hábitos de vida son fundamentales para conseguir nuestro objetivo, por lo que deberemos mejorarlos para mejorar la receptividad de nuestro cuerpo. Es posible realizar estos cambios de la mano de FertilidadMasculina.org, beneficiándonos del Plan de Fertilidad y estilo de vida masculino de manera totalmente gratuita, que incluye 12 recetas y el plan de comida gratis más recomendado.

Otra vía para conseguir mejorar la infertilidad supone someterse a tratamientos médicos, entre los que se encuentran los tratamientos farmacológicos y/o las técnicas invasivas de reproducción. Aunque son métodos efectivos y fiables para conseguir nuestro objetivo, suponen hacer uso de químicos estimulantes del sistema reproductor y pueden tener efectos secundarios desagradables.

Conseguir un embarazo, por tanto, está a nuestro alcance a pesar de sufrir infertilidad en alguna de sus formas. Tan solo debemos confiar en nuestras capacidades y en los recursos que encontramos a nuestro alrededor. Gracias a todo ello, conseguiremos hacer realidad nuestro mayor deseo: Aumentar nuestra familia de manera biológica.